Rueda se pone al frente del socialismo en la capital y promete "ganar la calle".
La candidatura del concejal derrota con claridad a las de Oliver, Néstor Fernández y Girón, el derrotado de la jornada · María Izquierdo retira su lista a última hora.
Granada Hoy.- El sábado dijo algo imposible por definición: que tenía un 120 por ciento de posibilidades de ganar. Obviamente exageró, pero a la hora de la verdad, la del recuento de los votos, resultó el ganador sin discusión. José María Rueda Gómez, concejal en el Ayuntamiento de Granada, es el nuevo secretario general de la agrupación local del PSOE.
Su candidatura, una de las cuatro que se presentaron a la asamblea general de ayer, fue respaldada por 192 de los 488 que ejercieron su derecho al voto. Quedó muy por delante de la encabezada por el catedrático Baldomero Oliver que, para sorpresa de muchos fue el segundo en la línea de llegada, con 129. El también concejal Néstor Fernández obtuvo 85 y César Girón, que comenzó el presente mandato municipal como edil pero dejó el cargo para irse a la empresa privada, logró sólo 82. Lo que, después de que se autoproclamase favorito, suena a derrota sin paliativos.
Su fracaso es el de la línea más combativa de la militancia, que finalmente se decantó por un aspirante de perfil más oficialista. Girón, que tras el discurso de presentación de su proyecto se las prometía muy felices, terminó último. Otros ni llegaron a la carrera, como María Izquierdo, que después de pregonar durante semanas que competiría y que se negaba a pactar con nadie que no asumiera que ella tenía que ser la líder, al final no se presentó. Tampoco quedó rastro de la iniciativa de Mariano Gutiérrez Terrón, que primero dijo de ir solo, después medio pactó con Néstor Fernández, ayer mismo pareció pasarse al bando de Rueda y al final se quedó fuera del todo.
El PSOE llevó la asamblea al centro cívico del Zaidín, un sitio ideal si su intención era crear un efecto placebo entre los afiliados. Porque como es pequeño -un aforo de unos 300 espectadores-, es también fácil de llenar. Los más optimistas podrán decir que el sitio estaba abarrotado y que eso demuestra que el partido va para arriba y esto y lo otro, aunque por otra parte es un hecho que la formación socialista tiene un millar de militantes en la capital, lo que hará a los más suspicaces preguntarse dónde estaban los demás.
Eso sí: a la hora de votar se pasaron por el patio del centro cívico otros doscientos fieles, que no quisieron o no pudieron invertir la mañana en escuchar unos discursos que, aunque con matices, incidieron en los mismos puntos.
Baldomero Oliver, por ejemplo, empleó términos como coherencia, transparencia, respeto o trabajo. Llamó a ganar la calle e instó al grupo municipal a que trabaje codo a codo con el partido, y viceversa.
César Girón, más contundente y un punto sobrado, invocó la memoria de ilustres del partido -de Pablo Iglesias a Zapatero, pasando por Guerra-, propuso un giro copernicano, defendió la vigencia de la crítica y reclamó el derecho a ser "rebeldes e incorformistas", para a continuación propugnar más protagonismo para el militante, "al que se le debe devolver la papeleta del voto", y un "discurso de izquierdas" para recuperar la alcaldía.
La intervención de Rueda tuvo un punto más populista, sobre todo por su defensa del papel de las barriadas en el día a día del partido. De hecho, su candidatura es la única que tiene a un representante de cada distrito. "Tenemos que estar en contacto con la calle", argumentó. También anunció la creación de un área de atención al militante y se mostró convencido de que el PSOE "volverá a sacar pecho cuando el ciudadano lo identifique con un partido capaz de defender una ciudad equilibrada, justa y pensada para las personas".
Por último, Néstor Fernández trató de transmitir la idea de un cambio tranquilo, una parada intermedia entre Rueda y Girón que, a la vista está, tiene sus partidarios. Listas abiertas, limitación de mandatos de los cargos públicos y orgánicos y elecciones primarias fueron algunas de sus propuestas. Y la calle, tampoco se le olvidó mencionarla. El voto está ahí, y en eso coincidieron todos.
